miércoles, 26 de agosto de 2009

Adios



Todo en nosotros muere con esta despedida;
los dos desde este instante cambiaremos también...
Sombra serás mañana por mí desconocida,
distinto seré entonces del q tus ojos ven.

El viento, q hoy deshoja la rama florecida,
luégo de los retoños alegrará el vaivén.
Se estrechan nuestras manos entes de la partida:
¡q pronto a extraños seres les brindarán sostén!

¡Adiós! cruenta palabra q inventó la tristeza,
eco de lo q acaba, grito de lo q empieza,
súplica de los ojos q no quieren llorar...

Me abrazas y vibramos en un solo gemido,
tú, por la angustia efimera del recuerdo querido,
yo, por la certidumbre de q voy a olvidar.

-José Eustacio Rivera-






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